ZIGOR ALDAMA
Las estadísticas no mienten. A pesar de la ralentización económica, los chinos cada vez beben más vino. Y entre sus preferencias comienzan a destacar los caldos españoles. Es algo que queda reflejado en los datos del año pasado, un período en el que las exportaciones de vinos españoles se dispararon un 40%, hasta alcanzar un valor récord de 117 millones de euros. Además, el porcentaje del producto que se envía embotellado -generalmente de mayor calidad y precio que el exportado a granel- ha aumentado ya hasta el 90%. Es algo que se aprecia claramente en cadenas de supermercados y en tiendas boutique, donde, poco a poco, las bodegas españolas comienzan a plantar cara a la supremacía francesa que tradicionalmente ha caracterizado el mercado chino.
Es un cambio que ayer se certificó también en la segunda edición de los premios que conceden en Shanghái los prestigiosos expertos franceses Michel Bettane y Thierry Desseauve, que el año pasado decidieron llevar a la capital económica de China su festival de cata Le Grand Tasting. Dos de los principales galardones de esta edición, otorgados tras haber analizado más de 11.000 vinos, han recaído en nombres españoles: el Mejor Vino del Año ha sido para el Don PX Convento Selección de 1946, producido por la bodega Toro Albalá, y el premio al Mejor Enólogo se lo ha llevado Raúl Pérez, cuya peculiar filosofía de trabajo ha provocado gran interés en China.
«En los últimos cinco años se han sucedido cambios muy importantes en este sector. Por un lado, el consumidor chino ha evolucionado de forma muy satisfactoria. Antes sólo había mercado para vinos muy baratos, comprados generalmente por gente que únicamente quería cumplir con un trámite, o para vinos muy caros, que eran los que adquirían quienes simplemente querían fardar y no sabían nada sobre vinos. Ahora, la clase media se interesa por caldos con buena relación calidad-precio», explica Andrea Skubinn, directora de Pasión Wines, la empresa que ha sido premiada como el Mejor Importador Español en China. «Además, ha habido también un cambio en la demografía del cliente del vino: antes era gente de 45 años o más, mientras que ahora ha aumentado mucho el grupo de jóvenes de 25 a 30 años».
Otro elemento importante en el saneamiento y en la consolidación del sector del vino en China ha sido, curiosamente, la campaña contra la corrupción que el presidente chino, Xi Jinping, lanzó nada más acceder al cargo, en marzo de 2013. Como reconocen todos los bodegueros consultados durante los dos días de catas y conferencias, eso ha eliminado casi por completo el canal irregular de la venta al Gobierno o a empresas públicas. En palabras de Antonio Sorgato, director de Exportaciones de Toro Albalá, «esos canales han propiciado los ‘pelotazos’ de quienes vendían un contenedor de vino y se desentendían del mercado, dejando una mala imagen».
Los primeros frutos
Ahora, poco a poco, el vino español llega a través de las vías habituales y el consumidor chino comienza a sumergirse en sus matices. «Al principio casi todo lo que se vendía procedía de las denominaciones de origen de Rioja y de Ribera del Duero, pero ahora vemos que comienzan a abrirse oportunidades en zonas mediterráneas del sur, donde los vinos maridan muy bien con la comida china», apunta Skubinn. También viven un momento dorado los vinos del Atlántico, que el ‘sommelier’ Jean Marc Nolant considera «más elegantes y muy diferentes del patrón asociado al vino español».
A este respecto, otros bodegueros españoles han aprovechado las clases magistrales celebradas durante el fin de semana para hacer hincapié en la rica diversidad del mundo vitivinícola español. «En la Ribeira Sacra, por ejemplo, el clima es mucho más frío y lluvioso que el atribuido generalmente a España. Eso proporciona vinos muy diferentes. Ahora estamos tratando de recuperar esa zona, que está caracterizada por el envejecimiento de una población que ha descuidado los viñedos, cuya productividad, además, es muy baja», explicó el bodeguero gallego Rodrigo Méndez. «Algunas parcelas incluso tienen un 70% de pendiente y hay que vendimiarlas en barca desde el río, pero la calidad de los vinos hace que merezca la pena el trabajo», recalcó ante la atenta mirada del público chino que pagó 980 yuanes (140 euros) por escuchar a los cuatro enólogos que analizaron ‘El Renacimiento Español’.
«Empiezan a dar fruto años de trabajo para introducir los vinos españoles en China», comenta Alberto Pascual, gerente de Pasión Wines. No obstante, recalca que el esfuerzo se ha de mantener en el tiempo, porque a igualdad de calidad el consumidor chino todavía opta por productos de otros países, sobre todo de Francia. «En vinos tintos la diferencia es menor, pero hay algunos segmentos en los que todavía resulta muy complicado competir. El del cava es uno de ellos. Salvo que haya una gran diferencia de precio, el consumidor chino optará por el champán francés», añade Skubinn. Es la ventaja lograda gracias a la decidida apuesta que Francia hizo como país mucho antes que España.
En cualquier caso, el puente de los vinos entre España y China ya no es de sentido unidireccional. De hecho, la bodega riojana Marqués del Atrio anunció el mes pasado su acuerdo para convertirse en la primera importadora de caldos chinos de España. Concretamente, comercializará el vino Changyu Noble Dragón, perteneciente a una de las principales bodegas chinas, que produce decenas de millones de botellas al año. «Algunos vinos chinos ya no están tan mal. Hay bodegas que cuentan con el apoyo del Gobierno para hacer buen vino, y es posible que en Europa los consumidores lo prueben por curiosidad», opina Skubinn.