Por Lorena Carreño*
La uva conocida por los romanos como Argitis Menor es originaria del valle del Rin y de acuerdo con datos históricos fue introducida en el siglo IX en los viñedos del Rheinghau, para tomar rápidamente el nombre de Riesling, su nombre viene de riesen que significa verter en Alemán, principalmente haciendo alusión a las corrientes climáticas desfavorables como las lluvias al momento de la floración de la planta, antes de aclimatarse a Alsacia era muy sensible. Diferente de su prima alemana la Riesling Alsaciana llegó a Francia a finales del siglo XV, pero su cultivo no se desarrolla sino hasta mediados del siglo XIX.
Sin duda la Riesling por su frescura será un buen inicio en estas comidas de primavera, a la vista se presentará con un amarillo pálido con reflejos verdes brillantes; en nariz ofrecerá un bouquet fino, con clase y aromas afrutados muy sutiles a limón, toronja, durazno, peras algunas notas a flores blancas y la presencia de anís y cominos, algunas notas minerales también andarán por ahí haciendo alusión propia a las características del terruño. En boca es vino muy fresco, destaca su amplitud y redondez y con final largo, se vuelve un compañero ideal para la alta gastronomía como pescados y mariscos.
Reconocida como una de las mejores cepas blancas del mundo, la Riesling de Alsacia da como resultado vinos excelentes, los vinos blancos alsacianos se encuentran entre los mejores del planeta, de ahí que la comunidad alsaciana no oculte su orgullo y preferencia por los productos locales como los Grand Cru perfectamente definidos por el suelo, en el maridaje resaltarán con mucha sutileza los sabores yodados de productos del mar, es muy apreciada con carnes blancas, aves o quesos de cabra. Pero si no desea abrirlo y dejarlo en la cava, mejorará con los años, la magia de la cepa Riesling es su capacidad para dar un gran potencial de crecimiento en botella.
La maduración de los Riesling establecen un buen equilibrio entre su acidez y un elevado nivel de azúcar es la clave de la gran capacidad de envejecimiento. A partir de la Riesling pueden obtenerse vinos secos o dulces, vinos para ser bebidos jóvenes o para añejar incluso durante decenios. Los mejores son los que aprovechan su acidez, imprescindible para el añejamiento y el equilibrio de los vinos licorosos. Los vinos vendimiados de manera tardía son vinos de gran clase, de aromas seductores semi-dulces y armoniosos, resultan el compañero perfecto para postres a base de cítricos.
¿Cuáles son sus denominaciones de origen en esta categoría? Puede buscar en la etiqueta el sello A.O.C. Alsace, que es la D.O. controlada que acoge alrededor del 75% de la producción, el 21% se lo reparten la A.O.C. Crémant D´Alsace espumosos pero que no son champañas y la A.O.C. Alsace Grand Cru con un mínino porcentaje del 4%. Lo que se debe reconocer es el terruño, la particularidad de la tierra y tipo de suelo, es la aristocracia de una identidad vinícola que tiene en la acidez, su valor más preciado y exquisito, algunas veces nerviosa y otras suave y pura, su temperatura de servicio no debe sobrepasar los 10ºC.
*Lorena Carreño es periodista, especialista en RP y sommelier, puede seguirla en twitter @lorecarreno