*Por Lorena Carreño
Considerado como uno de los vinos más sociables, el Oporto debe su nombre a la ciudad homónima a orillas del Atlántico donde el río Duero desemboca en el mar. El nombre de este río significa “río de oro” y hace referencia al color que tenían las aguas de curso rápido antes de ser frenadas por las presas.
El Oporto es uno de los grandes vinos clásicos de Europa, las primeras remesas de este vino fueron registradas en 1678 y desde 1756 las viñas del Duero se convirtieron en la primer área vinícola del mundo legalmente demarcada. Es un vino conocido como encabezado o fortificado, de un carácter singular debido a las composiciones naturales del suelo, las condiciones del clima y variedad de uva, factores que sumados a la tradición y al propio proceso de vinificación resultan en vinos excepcionales.
Las variedades utilizadas en un vino de Oporto son las vides autóctonas como la Touriga Nacional, Touriga Franca o Tinta Barroca. Se denomina encabezado porque se agrega al mosto una porción de alcohol vínico de elevada graduación que interrumpe el proceso de fermentación e incrementa el contenido de alcohol y la concentración de azúcares, eso significa que el vino conserva parte del dulzor natural de la uva y es lo que lo hace intenso, redondo y terso en la boca.
En la jerarquía del Oporto de encuentra el Ruby que es un vino joven, resultado de una mezcla que le da un cuerpo entre mediano y robusto. Los etiquetados como “vintage character” o “reserva” son vinos Ruby de calidad superior envejecidos por cuatro o seis años. El Tawny joven, normalmente etiquetado como “fine tawny” es más ligero que el Ruby.
El Tawny añejo ha envejecido en madera, se oxida en la barrica perdiendo su color rojo intenso y adquiriendo tonos tostados y marrones rojizos. El Ruby tinto, afrutado en su juventud, retiene algo de esa esencia frutal tras diez años de crianza y con veinte años desarrolla sabor a frutos secos, con treinta hay una maduración a especias y reminiscencias a higos y dátiles, y con cuarenta estos sabores se acentúan con un bouquet a fruta pasa y piel de críticos. Los Colheita son otro tipo de Tawny, deben envejecer en madera mucho antes de ser embotellados. Los Colheitas jóvenes se embotellan en su octavo año, y otros definitivamente tienen crianzas más largas.
El Vintage es la máxima calidad en la jerarquía del Oporto, es el resultado de una añada excepcional. Esta clase de Oporto es el vino más longevo que existe. Pasa dos años de crianza en barrica y luego envejece en botella por décadas para ser decantado cuando se abra, no alcanzará su pleno desarrollo hasta después de los veinte años. Una versión menos pomposa es el “Late Bottled Vintage Port”, procede de las mismas cosechas que dan origen al Vintage pero envejece en barrica de 4 a seis años para pasar posteriormente a la botella es una alternativa para el consumo inmediato.
Sin duda el Oporto se distingue de los vinos comunes, hay una riqueza en colores desde el amarillo pálido del blanco hasta el rojo óxido del Vintage; diversidad de aromas y dulzores como opción en la fabricación: muy dulce, dulce, semiseco y extraseco. Desde los intensos frutos silvestres de un Reserva o de un Late Bottled Vintage, pasando por los sabores opulentos y complejos de un Tawny envejecido en madera, hasta la imponencia sublime de un Oporto Vintage.
Más que cualquier otro vino, el vino de Oporto ofrece infinitas oportunidades de armonización, ya sea como aperitivo o como el gran final de la comida. Disfrútelo y viva la Experiencia del Vino!
Lorena Carreño es periodista, especialista en Relaciones Públicas y sommelier. Twitter @lorecarreno