Por Lorena Carreño* El corcho sigue siendo el tapón favorito por excelencia, los vinos del viejo mundo lo prefieren y en América las grandes vinícolas lo colocan en sus caldos como un verdadero valor agregado. Es ligero, elástico, compreso con gran capacidad de recuperación, adherente con alto coeficiente de fricción, impermeable a los líquidos y gases, aislante térmico porque es difícil que arda, químicamente inerte ya que raramente se pudre, y podría seguir describiendo sus beneficios. Los problemas que puede suponer el corcho para la calidad del vino provienen de elementos externos, como una contaminación bacteriológica o un tratamiento con productos agresivos. Se dice que los “vinos de calidad” tienen tapones de corcho naturales, eso que los franceses llaman ´très fin´ –muy fino- y es lo que les permite envejecer apropiadamente, recuerde que el tema de vino, es el tema del ritual y esa…