BLOOMBERG El impacto del cambio climático y las nuevas tecnologías (como la posibilidad de ver el precio de los vinos en un smartphone) aparecen en mi radar vínico para 2016. El vino espumante, en especial el ubicuo prosecco, todavía pisa fuerte pero se avecina una tendencia a pasar a productos premium. Lo mismo para el rosé. El futuro del vino se presenta luminoso aunque la cerveza y la sidra artesanales acaparan mucha atención. Sin embargo, más gente que nunca (en los Estados Unidos y el Reino Unido en especial) toma bebidas más caras ?si bien uno también puede arreglárselas espléndidamente por menos de 50 dólares-. El hecho de que el color bordó sea el que está de moda para los zapatos también viene bien. Esto es lo que veo en mi copa de cristal para el año que viene. Despega el vino espumante inglés…