Cristina Fernández
Todos sabemos que el mejor vino que hay es de La Rioja y que si es gran reserva mejor que mejor, que el tinto es el perfecto para acompañar todas las comidas, que si una vez abierto lo metemos en la nevera no se estropea… ¿pero es verdad todo esto? Rotundamente no. Existen unas cuantas leyendas sobre esta bebida que son totalmente falsas. Veamos algunas mentiras sobre el vino.
Mentiras sobre el vino, unas cuantas
Mejor un gran reserva. Todo depende del momento. Hay vinos jóvenes de muy alta calidad que pueden aportar una frescura y un sabor que un vino más viejo no podría darnos. Es mejor decir dependiendo de la ocasión un vino es más conveniente que otro.
Sólo los caros son buenos. Esta es otra de las mentiras sobre el vino. No hemos de dejarnos engañar. Por precios módicos hay vinos que ya quisieran otros más caros y que dependiendo del momento pueden estar a la altura de otros con mayor precio.
Donde esté un chato de vino… El vino siempre está mejor en una copa adecuada. Las copas están diseñadas para sacarle el mayor partido al vino. Su estructura es ideal para poder disfrutar no solo del sabor sino también de los aromas, además de ayudar a una correcta oxigenación y temperatura del producto.
Más mentiras sobre el vino
El tinto para todas las comidas. Una buena elección del vino puede mejorar notablemente el sabor de una comida. En ocasiones el vino adecuado será el tinto y en otras el blanco, a veces irá mejor un joven, otras veces un reserva. Generalmente si servimos un arroz le irá bien un blanco ligero y si lleva carne, un tinto joven. Si servimos un pescado será una buena elección una copa de blanco, será suave si es pescado blanco y con cuerpo si es azul. Si es una carne, un tinto joven para las suaves y uno con cuerpo para las potentes. No es una regla matemática, pero por lo general funciona.
El vino solo en botella. Los mejores vinos siempre están en botella, con corcho natural y adecuado al tipo de contenido que guarda, pero esto no quiere decir que todos los vinos que encontramos en otro recipiente sea malo. Hay vinos más que aceptables en envases al vacío u otros que pueden darnos sorpresas. Todo es ir probando.
El vino mejora con el tiempo. El vino tiene un proceso y una vez embotellado no se convierte en otro. Es decir, un joven embotellado no se convierte en reserva por tenerlo guardado en un armario. Es más, una vez embotellado el vino tiene un tiempo de consumo determinado. Cuando se embotella se cierra con un corcho de un tipo u otro dependiendo de si se va a consumir pronto o se va a almacenar.
En la nevera no se estropea. En el momento que abrimos el vino comienza un proceso de oxidación que no se puede detener. Es cierto que en la nevera se va a conservar un poco mejor pero como mucho ayudará a que aguante unos días más en condiciones aceptables.
Cuanto más conozcamos sobre el vino más disfrutaremos de este. Si nos estamos iniciando en el consumo del vino es necesario saber cuáles son algunos mitos que lo único que logran es confundirnos e impedirnos sacarle el máximo partido a los fantásticos caldos que tenemos a nuestra disposición.