Me sorprende con qué facilidad nos acostumbramos a leer las cantidades de calorías en las etiquetas de prácticamente cualquier producto—¡excepto del vino! Y si lo bebe a diario, como yo, es probable que quiera saber cuántas calorías y azúcares está metiendo en su cuerpo con cada sorbo, cada vaso o cada botella, ¿no es cierto?
Hemos consultado a un grupo de expertos para saber qué vinos son ideales para beber sin culpa…
1. Alcohol vs. cantidad de carbohidratos
Cuando se trata de vino blanco, lo mejor es olvidarse de las calorías. Según el Centro de Salud de la Universidad de Georgia, lo que importa es la cantidad de alcohol que ingiere en cada vaso.
Esto significa que los carbohidratos no son tan relevantes. Por ejemplo, la mayoría de las bebidas alcohólicas tienen 7 calorías por gramo y sólo 4 carbohidratos (o azúcares) por gramo. En otras palabras, el vino tiene más calorías que carbohidratos por lo que uno con bajo contenido de alcohol siempre tendrá menos calorías.
2. Consulte la graduación alcohólica
Puede que no esté familiarizado con este término pero LiveScience.com afirma que se trata del mejor indicador para saber exactamente cuántas calorías está ingiriendo en cada copa de sofisticado Chardonnay.
La graduación alcohólica hace referencia al porcentaje de alcohol que contiene cada bebida. Según Madeline Puckette, coautora de Wine Folly, la guía esencial sobre el vino, si busca una cosecha con una graduación alcohólica de entre 9 y 12%, consumirá entre 110 y 140 calorías aproximadamente por cada copa de 150 ml.
3. Evite los espumantes
Por supuesto que una copa de champaña es sinónimo de celebración. Además, no tiene por qué haber tantas calorías en esta bebida tan suave y delicada, ¿o sí? Livestrong.com asegura que ocurre todo lo contrario. A pesar de su efervescencia, la champaña y el prosecco italiano esconden grandes cantidades de azúcar agregada.
En cambio, los expertos en vino recomiendan que descorche un espumante brut. Esto le garantizará que la bebida sea seca por naturaleza y no contendrá grandes cantidades de azúcar extra.
4. No al prosecco
Sé que soy culpable de beber prosecco, una bebida espumosa de origen italiano, en lugar de champaña porque adoro su sabor dulce y suave y porque es mucho más accesible.
Sin embargo, Livestrong afirma que estos vinos “burbujeantes” suelen contener grandes cantidades de azúcar para generar ese efecto espumoso. Por ejemplo, ¡una copa promedio de prosecco aporta 175 calorías!
5. Vino blanco vs. vino tinto
Cuando se trata de salud cardiovascular, el vino tinto se lleva todos los aplausos. No obstante, a la hora de decidir cuál es más liviano, el blanco se lleva los aplausos. Después de todo, los expertos aseguran que estos últimos tienen menor graduación alcohólica (y calorías) que los tintos.
En promedio, un vino blanco liviano, como el pinot gris aporta 140 calorías por copa. La misma cantidad de pinot tinto equivale nada más y nada menos que a 200 calorías.
6. Los vinos blancos más livianos
Wine Folly recomienda que descorche un vino blanco pinot gris o uno de uva riesling para asegurarse de que obtener una graduación alcohólica baja (y, por ende, menos calorías) por copa en comparación con un chardonnay, un moscatel o un sauvignon blanc. Después de todo, las variedades europeas son las que menos azúcar contienen.
Esto significa que un riesling de Alemania o Francia contendrá menos azúcar agregada que la misma variedad de uva de Australia, Canadá o los Estados Unidos, donde las leyes son menos estrictas en materia de elaboración. Por otro lado, trate de evitar los llamados Skinny Whites debido a que, según un artículo del Huffington Post, son tan livianos que tienden a hacerlo beber de más.
Fuente: http://www.activebeat.com/esp/fitness-y-nutricion/seis-consejos-para-que-los-amantes-del-vino-beban-sin-culpa/