Para formar parte de la Confrérie des Chevaliers du Tastevins debes tener «paladar y decoro» y un racimo de méritos y talentos que no se consiguen con facilidad, al menos si no tienes viñedos El mayor secreto de la masonería, dijo una vez uno de sus miembros, es que no hay realmente ningún secreto. Y esta misma perogrullada puede aplicarse a las sociedades secretas dedicadas al vino, una suerte de clubs gastronómicos que al adquirir la etiqueta de “oculto”, estar sembrados de rituales de toda índole y tener algunos ilustres personajes como miembros históricos parece que hacen otra cosa mayor y mucho más maquiavélica que deleitarse con grandes reservas o hablar fascinados sobre viñedos. Sus fiestas, a pesar de que algunos las llamen bacanales, tienen poco de alegres orgías de sexo y deliciosos caldos; son ceremonias, eso sí, donde uno lo que ‘menea’ es…