Al anunciar la próxima visita a Oaxaca de la investigadora Mari Carmen Serra Puche, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, para presentar su libro sobre el origen milenario del mezcal, en el marco de la Feria Nacional del Mezcal a realizarse en el próximo mes de Julio del presente año, el escritor oaxaqueño Juan Arturo López Ramos explicó que con estos testimonios incontrovertibles, termina la polémica sobre el origen del mezcal, colocado ahora en la cúspide de las preferencias mundiales en materia de licores superiores.
López Ramos explicó que una buena parte de los propios mexicanos, creían que el proceso de destilación se desconocía en México y que este conocimiento de origen árabe, había sido traído a México por los españoles y, por lo tanto, se consideraba al mezcal como una bebida mestiza.
Por ello, -resaltó el escritor oaxaqueño-, es muy importante el hallazgo de la investigadora Serra Puche, quien en el conjunto arqueológico Xochitécatl-Cacaxtla-Nativitas encontró en varias casas indígenas, evidencias materiales relacionadas con el mezcal: hornos semejantes a los que se utilizan actualmente para quemar piñas de maguey y procesar esa bebida alcohólica, ollas de barro partidas a la mitad y restos de la planta, con una antigüedad de hace 2 mil 400 años.
Los hornos descubiertos en las casas prehispánicas de Xochitécatl-Cacaxtla fueron sometidos a análisis por especialistas del Instituto de Química de la Universidad, quienes confirmaron que en ellos se quemaban piñas de maguey.
Serra Puche apunta que el mezcal era exclusivo para fiestas con un propósito ritual y describe que en el piso de las viviendas exploradas, de tepetate, se hacía un agujero de unos dos metros de diámetro por tres de profundidad y se llenaba de rocas volcánicas, como tezontle; luego, se calentaban y encima se acomodaban las piñas de maguey, como se hace hoy en día en Oaxaca, y se cubrían con pencas de la misma planta.
“Al cabo de aproximadamente tres días, cuando estaban cocidas, se machacaban y se ponían a fermentar en una tina de madera o en una piel de venado”. Una vez terminado el proceso, las piñas se hervían en una olla de barro; el vapor se condensaba en otro recipiente, en el que se obtenía el mezcal destilado, explicó Serra Puche.
El Ingeniero Juan Arturo López Ramos señaló que pronto dará a conocer la existencia de un horno ancestral para quemar maguey en una zona arqueológica de Oaxaca y que este hallazgo de Mari Carmen Serra Puche es muy valioso porque realza la riqueza cultural de nuestros pueblos originarios, de los que somos herederos los actuales mexicanos y cuya sabiduría milenaria no sólo debe ser motivo de orgullo, sino también de estudio permanente.
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