Salvador Arias Moreno
Ciertamente, el papa Francisco fue muy claro al no pedir tequila para su visita a México… pero nadie habló de un buen vino tinto chihuahuense. El lema de este vino es «Servus servorum Dei»: «Siervo de los siervos de Dios».
Para la comida con que será agasajado mañana en tierras juarenses durante su comida en el Seminario de Ciudad Juárez, Su Santidad tendrá un acompañante exclusivo en el vino que se ha preparado ex profeso para su visita a la frontera.
Se trata del vino de la Hacienda de Encinillas «Megacero» cosecha 2014 del rancho vitivinícola perteneciente a don Eloy Vallina. Es una edición conmemorativa y limitada, de la cual se hicieron, como mandan los cánones, sólo 999 botellas que, amén de servirse en la comida que el Pontífice tendrá este miércoles en Ciudad Juárez, serán repartidas entre los obispos que le acompañan.
Medio año embotellado, luego de permanecer 18 meses en barrica, es el tiempo de añejamiento de la bebida, elaborada a base de tres clases de uva: Merlot, Cabernet Sauvignon y Shiraz.
Megalocero: ciervo gigante
Megalocero es un ciervo gigante de gran proporción y fuerza que habitó desde Irlanda hasta Euro Asia 7 mil 700 años. De por sí la bebida es antojable, mención aparte merece la botella elaborada en un vidrio oscuro para proteger su esencia, y que en su alrededor tiene referencias a un acontecimiento tan importante como la visita papal.
En el costado izquierdo del envase se puede apreciar la leyenda: «Edición Conmemorativa /S.S. (Su Santidad) Papa Francisco/ Visita a Diócesis Ciudad Juárez/ Chihuahua, México/ 17 de febrero de 2016».
En la parte posterior, se pueden leer las ya citadas variedades de uvas de las que está elaborado, así como una explicación acerca del megalocero como un ciervo de gran proporción y fuerza que habitó desde Irlanda hasta Eurasia hace 7 mil 700 años.
Se explica que el nombre de la bebida está inspirado en las dimensiones del citado animal, pues menciona como su principal cualidad la robustez, pero noble y en constante evolución. Hacia abajo, luego de explicar dónde se elabora, se puede apreciar el folio que certifica que la edición es limitada.
El frente es también digno de mencionarse, pues además del nombre aparece estilizada la figura del astado y una leyenda en latín en su parte superior, muy ad hoc para la ocasión «Servus servorum Dei»: «Siervo de los siervos de Dios».