Consolidada la viña, la bodega y las ventas, el proyecto de Tenoira Gayoso pasa ahora por «reajustar» alguno de sus vinos y cerrar la gama con una elaboración superior.
Nuestro objetivo es ir paso a paso, hacernos más fuertes y estar en el furgón de cabeza de los vinos del Bierzo». Guillermo Tenoira Gayoso, que vive la vitivinicultura desde un proyecto familiar y un gran conocimiento de la actividad, pero además también desde la más generosa implicación en el desarrollo del vino berciano en general, cree que «es hora de darle valor a la tierra y a lo que hacemos». Y eso lo dice en referencia no sólo a la actividad en el sentido más extenso, sino también en el particular. De manera que afrontará inversiones en la bodega «para trabajar más a gusto, hacerlo con más medios y mayor capacidad y sacarle todo el partido que se merece a una uva de tanta calidad».
Esa uva es la que producen las cepas de Mencía y Godello de las 18 hectáreas del viñedo familiar plantado hace 16 años en La Padorniña, un paraje de referencia en la viña berciana e inevitablemente relacionado con la historia de Villafranca. «Ya está en su sitio», afirma en referencia a la consolidación de las cepas, «y eso nos permite hacer los vinos desde la finca con absoluto control sobre todo el proceso».
Así las cosas, el objetivo a partir de la vendimia 2015 era redefinir el godello —cuatro de esas dieciocho hectáreas son de la variedad blanca— para hacerlo «más encajable respecto al gusto de la gente». Esa intención manifestada revela la voluntad de simplificar la elaboración para hacer un vino «menos complejo, más frutal, con mayor intensidad en la expresión aromática y en general más redondo». Pero también la de «tirar de él con más fuerza» en el aspecto comercial, «porque la calidad del vino nos da confianza para hacerlo». Y esa calidad tiene una relación directa con el suelo del que nace: «La diferencia es la tierra. Hay que seleccionar mucho donde se planta y en ese aspecto nosotros lo teníamos todo a favor».
De manera paralela al desarrollo de la labor en el viñedo propio y en la bodega, Tenoira Gayoso trabaja intensamente en la ordenación y recuperación de la cinco hectáreas de Mencía de San Nicolás tras llegar a un acuerdo con los Paúles para hacerse cargo de esas cepas plantadas «sobre estracto de arcilla, bien ensoladas y a una buena altitud». A esas condiciones naturales hay que añadir otra más de mucho interés: es la única viña urbana que queda en Villafranca y eso le confiere un gran valor desde el aspecto enoturístico que habrá de desarrollarse en conjunción con otras disponibilidades probables.
Fuente: Portal Noticias de Vino, http://www.noticiasdelvino.com/10/263/ribera-duero-apuesta-trabajo-jovenes-disenadores.html