Margot Loquer
¿Eres fanático del queso? ¿Sabías que Francia produce alrededor de 300 variedades de queso? La pareja ideal para el queso es el vino. De esa forma podrás apreciar mucho más la fuerza de los sabores y aromas de ambos.
Contrariamente a la idea preconcebida según la cual los quesos se acompañan mejor con vinos tintos, vamos a ver cómo un blanco se marida también muy bien con el queso.
Te traemos propuestas deliciosas e insólitas para sublimar uno de los tesoros de la gastronomía francesa.
1. Bleu con Sémillon de Burdeos
De los quesos azules más emblemáticos se puede mencionar el Roquefort. La leyenda dice que un pastor olvidó su bocadillo en una cueva. A su regreso, el queso estaba cubierto del famoso moho. El clásico es combinar bleu y vino dulce de Burdeos. La redondez del Sémillon y los aromas de flores de acacia y de mantequilla fresca que evoca, van equilibrando el fuerte carácter del queso.
2. Brie con Chardonnay de Champaña
Joya de la comida francesa, su pasta blanda y su corteza enmohecida se maridan sorprendentemente bien con un blanco de blancos. La imagen de París, la ciudad de los amantes, entre las burbujas y la acidez del champán, y la untuosidad del brie, es un flechazo. Un maridaje lleno de emoción con explosión de sabores.
3. Brocciu con Muscat del Languedoc
El brocciu es un queso de Córcega poco conocido, aunque es muy sabroso. Se elabora a partir de suero de cabra o de oveja, y se saborea generalmente fresco. Curado, tiene un sabor más picante. Debe ir acompañado por un vino blanco seco de uvas moscatel, con aromas de frutas cítricas. El uno con el otro proporcionan una sensación de frescura en la boca.
4. Camembert con Grolleau de Loira
La fama del camembert de Normandía es insuperable. Una vez fuera de su caja de madera, revela aromas de fruta y leche caliente. Este queso con fuerte acento local es perfecto con vinos poco tánicos. Un tinto de Turena, con una nariz expresiva, pero tierno en la boca con notas de fresa y frambuesa, ofrece un maridaje perfecto para los gourmets.
5. Cantal con Malbec de Cahors
El cantal es uno de los quesos más antiguos de la historia. Un imponente queso artesanal de Auvernia dotado de un gran carácter que necesita vinos a la vez robustos, perfumados y aterciopelados. El côt y sus aromas de ciruela y regaliz, se presta perfectamente a la degustación del queso. Juntos, los dos hacen maravillas.
6. Comté con Savagnin del Jura
La afinación en la elaboración del comté, es un factor importante que hay que tener en cuenta. No obstante, joven o maduro, floral y afrutado o intenso y ahumado, el vino amarillo del Jura ya mencionado, ofrece un maridaje notable y atemporal con el queso. Sus notas de frutos secos y su intensidad aromática, traen un hermoso equilibrio de sabor rico y delicioso.
7. Gruyère con Syrah del Ródano
Es un queso de los Alpes que se distingue por estos agujeros en la masa. Se deben a la presencia de un fermento láctico. Su textura dúctil y su gusto sutil mezclado con la personalidad de la uva tinta reina del valle del Ródano y sus notas complejas de frutas rojas y negras dan un resultado sorprendente.
8. Maroilles con Gewurztraminer de Alsacia
De forma cuadrada y con su corteza lavada rojo-anaranjada, este queso del Norte, es muy apreciado después de una comida con una copa de Gewurztraminer seco. Nos perdemos en los aromas de frutas exóticas y de especies. Una hermosa paleta aromática para un queso colorista.
9. Morbier con Pinot noir de Borgoña
Con su textura tierna y su sabor afrutado, el morbier va cobrando fuerza y cuerpo durante su envejecimiento. Este queso del Jura es reconocible por su raya negra que le da su carácter tan especial. Su ligero sabor a nata se marida perfectamente con la delicadeza del Pinot y sus aromas de fresas y de suelo del bosque.
10. Ossau Iraty con Gros manseng del Bearne
Tanto en el Bearne como en el País Vasco, la tomme de oveja es el hecho de una tradición pastoril ancestral. La asociación entre el vino y el ossau iraty debe reflejar el poder de su terroir. El telón de fondo son los Pirineos. La degustación del ossau iraty, se recomienda especialmente con un vino tinto afrutado, largo y robusto de su región de origen, para adecuarse a la potencia del queso.